IU propone impulsar la soberanía alimentaria para recuperar 20.000 empleos
Zaragoza, 10 may (EFE).- Izquierda Unida considera necesario impulsar la soberanía alimentaria, un derecho que tienen los territorios y países para producir los que consumen y que permitiría en Aragón recuperar en torno a 20.000 empleos en el sector agrario y ganadero.
El candidato de IU a las Cortes de Aragón, Adolfo Barrena, ha comparecido hoy en rueda de prensa acompañado por Eduardo Navarro, ex secretario general de UAGA y miembro del Consejo Económico y Social de España, para presentar las propuestas de la coalición para la agricultura y ganadería y el desarrollo del medio rural.
Para sobrevivir el medio rural necesita fijar su población y para ello sus habitantes tienen que tener posibilidades de acceso a los servicios básicos como la energía y electricidad y a otros como la Educación, Sanidad o Telefonía, pero también tienen que contar con un plan industrial adecuado a cada comarca, ha resaltado Barrena.
Según IU, uno de los medios para lograrlo sería a través de la soberanía alimentaria, un sistema de producción que propiciaría un mercado más transparente, que los países en desarrollo dejaran de sentir hambre y el expolio de sus recursos, una alimentación más sana en la que no tendrían cabida los productos transgénicos y ayudaría en la lucha contra el cambio al reducir el transporte de mercancías.
Y eso es, ha dicho Navarro, por lo que tiene que «pelear» el Gobierno de Aragón en la Unión Europea, aunque se exponga a perder las subvenciones, algo que, ha recordado Barrena, no le ha importado por ejemplo en la decisión de la ampliación de las pistas de esquí de Cerler por Castanesa.
Los dos miembros de IU también han exigido al Gobierno de Aragón que marque el modelo de explotación que quiere para el futuro y para ello exigen la elaboración de la Ley de Orientación Agraria.
Aunque no es competencia autonómica, IU cree que el Gobierno regional también debería opinar sobre la Ley de Márgenes Comerciales, una norma que permitiría establecer mecanismos de control de las ayudas públicas y unos precios justos para agricultores, ganaderos y consumidores.
En el ámbito estatal, IU exige al Gobierno que potencie la modernización de regadíos, cumpla con los compromisos en materia de infraestructuras hidráulicas como el recrecimiento de Yesa a cota media, Biscarrués, Santa Liestra y cada uno de los desarrollos pactados en la Comunidad autónoma y que cumpla con la directiva comunitaria para la gestión de la demarcación del Ebro, pendiente de resolver todavía sus caudales ambientales.
Navarro ha pedido a los agricultores aragoneses el voto de la «esperanza», el del «sueño» que permita pensar que es posible otra política agraria y de respuesta a la «incapacidad» del Gobierno autonómico en la gestión de la política agraria y ganadera y por estar convencidos de que «es posible» otro tipo de política en esta materia.
Por su parte, los candidatos de IU al Ayuntamiento de Zaragoza José Manuel Alonso, Pablo Muñoz y Ana Santomán han presentado hoy sus propuestas para reivindicar el carácter público de los servicios públicos y en contra de las privatizaciones que se han impulsado en algunas contratas.
José Manuel Alonso, candidato a la Alcaldía, ha propuesto «remunicipalizar» los servicios y parar la tendencia a la privatización.
Alonso opina que si se obliga a pensar en la característica de servicio público será «más fácil» implantar un sistema de control municipal mediante inspecciones, ya que el Consistorio «no puede dar credibilidad» a los informes que elabora la propia compañía de limpieza o transporte público.
IU rechaza asimismo que la adjudicación de las contratas se restrinja solo al coste sino que en los pliegos de condiciones debería tenerse en cuenta la capacidad para ofrecer un empleo de calidad y un salario justo.
Ana Sanromán ha desmentido, además, que el Ayuntamiento ahorre dinero con las privatizaciones y ha puesto como ejemplo el caso de la tercera planta de la Casa de Amparo, ya que el Consistorio sigue pagando a las diecinueve personas que la atendían y que ha tenido que recolocar en otros puestos mientras que los nuevos contratados cobran la mitad, cuando se trata de un trabajo de «mucha responsabilidad» y que exige titulación. EFE
IU propone que ni el Rey ni ningún cargo público cobren más que Zapatero
IU propone que ni el Rey ni ningún cargo público cobren más que Zapatero
- Pide vetar las ayudas a empresas cuyos directivos tengan salarios exagerados
- ‘La situación es insultante’, afirma Lara al presentar la proposición no de ley
Agustín Yanel | Madrid
Izquierda Unida (IU) ha propuesto que ninguna persona que ocupe un cargo público, ya sea en la Administración central o en la autonómica o municipal, pueda cobrar un salario superior al que percibe el presidente del Gobierno, que es de 78.185 euros brutos al año tras el recorte acordado hace unos meses para recortar el gasto público.
Ese límite máximo también se aplicaría a la Casa Real y a los cargos de los partidos políticos, sindicatos, Iglesia Católica y otras confesiones religiosas y a las entidades e instituciones sin ánimo de lucro.
El coordinador federal de IU, Cayo Lara, y el responsable de Economía y Trabajo, José Antonio García Rubio, han presentado este lunes en rueda de prensa esta proposición no de ley y la van a registrar para su debate en el Congreso de los Diputados.
También proponen que los cargos públicos sólo puedan percibir un salario por su dedicación y no otro, a la vez, procedente del partido, sindicato u organización social al que pertenezcan.
En el caso de las empresas privadas, el Congreso ya rechazó en su día una propuesta de IU para que se limitaran los salarios máximos de sus directivos y ejecutivos.
Por eso, ahora plantea que el Gobierno no conceda ayudas, subvenciones, exenciones, desgravaciones, ayudas fiscales o bonificaciones en la cotización a la Seguridad Social a las empresas, partidos, sindicatos u organizaciones en las que haya alguien que cobre en total un salario anual superior a 12 veces el que percibe el trabajador que menos cobra.
La propuesta de IU también establece que la autoridad laboral, para autorizar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) o el descuelgue del convenio colectivo, exija a la empresa que nadie cobre un salario que sea superior a cinco veces el menor de la empresa, durante el tiempo que duren las medidas que se adopten para superar la crisis en esa sociedad.
«Ni una sola ayuda debe ir para subvencionar salarios exagerados», ha afirmado García Rubio.
Cayo Lara está convencido de que si se hiciera una encuesta, «la mayoría de los ciudadanos estaría de acuerdo con estas propuestas, porque la situación es insultante«.
Ha lamentado que el Congreso no aprobara la propuesta de IU de hacer incompatible las pensiones de los ex presidentes del Gobierno y otros altos cargos con los salarios de empresas privadas, lo que permite que Felipe González y José María Aznar perciban sustanciosas cantidades al año por asesorar a las empresas que les han contratado.
Cayo Lara: «El Gobierno cumple el deseo de Díaz Ferrán con la reforma de las pensiones: habrá que trabajar más años para tener una pensión y cobraremos menos por ella»
El coordinador federal de IU se compromete a cambiar los cambios decididos por el Ejecutivo “en cuanto Izquierda Unida tenga la fuerza suficiente en el Parlamento”
El coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, afirmó ayer en rueda de prensa que con el anteproyecto de ley aprobado por el Consejo de Ministros para reformar las pensiones “el Gobierno va a cumplir el deseo del ex presidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán de trabajar más y cobrar menos.
Pues bien, el Gobierno va a decidir que tenemos que trabajar más años para cobrar una pensión, que es un salario diferido, y tendremos que cobrar menos por las pensiones futuras, que van a ser más bajas”.
En la cita con los medios de comunicación en la sede federal de IU, Lara se comprometió a cambiar esta reforma “en cuanto Izquierda Unida tenga la fuerza suficiente en el Parlamento”.
“Es una decisión injusta e innecesaria –la calificó Lara-; es injusta porque recorta derechos conquistados por los trabajadores y las trabajadoras, y es innecesaria porque no existen razones objetivas que determinen que haya que ir a este recorte de pensiones en nuestro país.
Existe superávit en las cuentas de la Seguridad Social -64.000 millones de euros en el Fondo de Reserva- y ha habido superávit en la liquidación de los presupuestos del 2010 -a pesar del intento de camuflaje de las cuentas por parte del Gobierno-, pero es que, además, tenemos más de 4’5 millones y medio de trabajadores en paro que, presumimos, algún día trabajarán y cotizarán a la Seguridad Social”.
El máximo responsable federal de IU hizo referencia a estudios “de prestigiosos economistas, como Juan Torres o Vicent Navarro, que vienen a dar la razón y avalar las propuestas que estamos haciendo”.
Cayo Lara no se quedó en la crítica y explicó que “la alternativa que defendemos es que hay que ir a más ingresos que tienen que llegar por la vía de más políticas de empleo, por la vía de equiparar el salario de las mujeres al salario de los varones.
Hay que luchar contra el fraude fiscal en España y contra la economía sumergida.
Además, igual que ocurre en otros países de la UE, si hicieran falta recursos a las cuentas de la Seguridad Social también se podrían aportar de los Presupuestos Generales del Estado, en lugar de lo que ocurre ahora, que son recursos de la Seguridad Social los que están siendo utilizados para pagar, por ejemplo, las prestaciones no contributivas, sin que sea competencia de este organismo”.
Cayo Lara denunció los “dos objetivos invariables del Gobierno: recortar un 20% el gasto en pensiones de la Seguridad Social y potenciar el gran negocio de la Banca privada para que se incrementen los fondos privados”.
Advirtió que esta reforma del Gobierno “podría incluso estar por encima, en lo negativo” de la propuesta que llevó a Bruselas, cuando se conoció la primera idea del Ejecutivo de ampliar la edad de jubilación a los 67 años.
“Desde IU mantenemos que es un asunto tan grave éste de las pensiones, de tal magnitud –advirtió-, que debería ir en los programas electorales de los partidos políticos en las siguientes elecciones y que sea el pueblo español, después de un debate profundo, quien tome la decisión en las urnas”.
Lara anunció que “desde Izquierda Unida vamos a continuar en el proceso y en el periodo de trámite parlamentario defendiendo nuestras posiciones, igual que hemos venido haciendo con las recomendaciones del Pacto de Toledo en los votos particulares que hemos venido presentando en el Parlamento”.
Sentenció, en referencia a la postura mantenida por el Ejecutivo, que “errar es de necios pero no corregir es de más necios todavía”. Ante esta situación, explicó que IU sólo se siente “incómoda ante la realidad de un Gobierno que finalmente no va a dejar ningún derecho en pie en España.
Por ello, vamos a estar en movilización permanente, como hemos hecho con el ‘tijeretazo’ o con la reforma laboral. Y lo vamos a estar de aquí hasta las elecciones municipales y autonómicas, y después de las mismas hasta las generales”.
Manifiesto de los economistas aterrados
Una estrategia europea para la izquierda
Una estrategia europea para la izquierda
Podemos resumir diciendo que en lugar de verlas en oposición debemos pensar intensamente en el vínculo entre la ruptura del proyecto neoliberal europeo y nuestro proyecto de crear una nueva Europa.
Michael Hudson | Rebelión | 12-1-2011 a las 13:48 |
www.kaosenlared.net/noticia/estrategia-europea-para-izquierda
Los efectos globales de la crisis han empeorado aún más por lo que sucede en Europa. Durante treinta años las contradicciones del capitalismo se han ido superando con la ayuda de una enorme acumulación de derechos ficticios de la plusvalía. La crisis amenaza con destruirlos. Los gobiernos burgueses han decidido preservarlos afirmando que tenemos que salvar a los bancos. Han asumiso la responsabilidad de las deudas de los bancos y no han pedido prácticamente nada a cambio. Sin embargo, habría sido posible hacer que este rescate se condicionase a algunas garantías. Podrían haber prohibido los instrumentos financieros especulativos y haber cerrado los vacíos tributarios. Podrían incluso haber insistido en que asuman su responsabilidad de una parte de la deuda pública, que aumentó drásticamente debido a ese rescate.Ahora estamos en la segunda fase. Después de pasar la deuda del sector privado al público, es la clase trabajadora la que tiene que pagar. Esta terapia de choque se impone mediante planes de austeridad que son todos generalmente similares: un recorte en los gastos sociales y un aumento de los impuestos más injustos. No hay alternativa a esta forma de violencia social aparte de que sean los accionistas y los acreedores los que paguen. Es obvio y todos lo comprenden.
El colapso de un plan de la clase gobernante
Pero también piden que la clase trabajadora europea pague el colapso del proyecto para Europa de la clase gobernante. La clase gobernante pensó que había encontrado un buen sistema con la moneda única, el pacto de estabilidad presupuestaria (“Pacto de estabilidad y crecimiento”) y la desregulación de las finanzas y del movimiento de capital. La creación de una competencia entre los modelos sociales y la reducción de los ingresos de los asalariados se convirtieron en la única manera de regular la competencia inter-capitalista y de intensificar las desigualdades que beneficiaron a sólo una estrecha capa de gente en la sociedad.
Sin embargo este modelo empezó la casa por el tejado y no era viable. Presuponía que las economías europeas eran más homogéneas de lo que son en realidad. Las diferencias entre los países aumentaron debido a su lugar en el mercado global y su sensibilidad al tipo de cambio del euro. Las tasas de inflación no convergieron y los tipos de interés favorecieron burbujas inmobiliarias, etc. Todas las contradicciones de un programa limitado de integración europea que descubren actualmente los liberales del euro existían antes de la crisis. Pero están estallando bajo ataques especulativos contra las deudas soberanas de los países más expuestos.
Bajo el concepto abstracto de “mercados financieros” se encuentran sobre todo instituciones financieras europeas que especulan utilizando capital que los Estados les prestan a intereses muy bajos. Esta especulación sólo es posible debido a la política de no intervención de los Estados y tenemos que verla como presión aplicada a gobiernos aquiescentes para que estabilicen presupuestos sobre las espaldas de la gente de Europa y defiendan los intereses de los bancos.
Dos tareas inmediatas
Desde el punto de vista de la clase trabajadora es obvio lo que hay que hacer: tenemos que resistir la ofensiva de austeridad y negarnos a pagar la deuda, que no es otra cosa que la deuda de la crisis bancaria. El plan alternativo en el que hay que basar esta resistencia exige otra manera de compartir la riqueza de la sociedad. Es una demanda coherente. Se opone de hecho a la reducción de salarios, en otras palabras la apropiación de una parte creciente de la plusvalía por el capital.
La alternativa requiere una verdadera reforma fiscal que recupere los regalos que se han otorgado durante años a los negocios y a los ricos. También implica la cancelación de la deuda. La deuda y los intereses de la mayoría de la población son totalmente incompatibles. No puede haber una salida progresista a la crisis que no cuestione la deuda, sea negándose a pagarla o reestructurándola. En todo caso, algunos países no cumplirán con sus pagos y por ello es importante anticipar esta situación y decir cómo hay que administrarla.
¿Abandonar el euro?
La ofensiva que enfrentan los pueblos de Europa, es innegablemente empeorada por la camisa de fuerza europea. Por ejemplo el Banco Central Europeo, a diferencia de la Reserva Federal en EE.UU., no puede monetizar la deuda pública comprando bonos del tesoro. ¿Permitiría el abandono del euro que se aflojara la camisa de fuerza? Es lo que sugieren como paso inmediato para Grecia algunos de la izquierda como Costas Lapavitsas y sus colegas. Proponen que se haga de inmediato sin esperar que la izquierda se una para cambiar la zona euro, lo que considera imposible.
La misma idea se presenta en otros sitios en Europa y se recibe con una objeción inmediata de que incluso aunque Gran Bretaña no forma parte de la zona euro no está protegida del clima de austeridad. También es fácil comprender por qué la derecha, como el Frente Nacional en Francia, quiere abandonar el euro. Al contrario, cuesta ver cuáles podrían ser los méritos de una consigna semejante para la izquierda radical. Si un gobierno liberal fuera obligado a tomar una medida semejante por la presión de los acontecimientos es obvio que sería el pretexto para una austeridad aún más severa que la que hemos visto hasta ahora. Además no nos permitiría establecer un nuevo equilibrio de fuerzas más favorable a la clase trabajadora. Es la lección que se puede extraer de todas las experiencias del pasado.
El abandono del euro por un gobierno de izquierda sería un importante error estratégico. La nueva moneda sería devaluada ya que es, después de todo, el objetivo deseado. Pero eso abriría de inmediato un espacio que los mercados financieros utilizarían para iniciar una ofensiva especuladora. Provocaría un ciclo de devaluación, inflación y austeridad. Además la deuda, que hasta ese momento se denominaba en euros o dólares, aumentaría repentinamente como resultado de esa devaluación. Todo gobierno de izquierda que decidiera tomar medidas a favor de la clase trabajadora caería bajo una enorme presión del capitalismo internacional. Pero desde un punto de vista táctico sería mejor en esta prueba de fuerza utilizar la calidad de miembro de la zona euro como fuente de conflicto.
Es básicamente verdad que el proyecto europeo basado en la moneda única no es coherente y es incompleto. Elimina una variable de ajuste, la tasa de cambio, del conjunto de diferentes precios y salarios dentro de la zona euro. Los países en la periferia tienen por lo tanto la alternativa entre el camino alemán de congelar los salarios o sufrir una reducción en la competitividad y perder mercados. Esta situación lleva a una especie de impasse y no hay soluciones que puedan aplicarse de inmediato: dar marcha atrás lanzaría a Europa a una crisis que afectaría con mayor dureza a los países más frágiles; y comenzar un nuevo proyecto europeo parece fuera de alcance por el momento.
Si la zona euro estalla las economías más frágiles serán desestabilizadas por ataques especulativos. Ni siquiera Alemania tendría algo que ganar porque su moneda aumentaría incontrolablemente de valor y el país pasaría por lo que EE.UU. trata actualmente de imponer a varios países con su política monetaria. [1]
Existen otras soluciones que requieren una remodelación total de la Unión Europea: un presupuesto financiado por un impuesto común al capital y que financie fondos de armonización e inversiones que sean social y ecológicamente útiles, y que los países más ricos ayuden a los más pobres con su deuda pública. Pero, de nuevo, ese resultado no es posible a corto plazo, no por falta de planes alternativos sino porque su implementación requiere un cambio radical en el equilibrio de fuerzas en el ámbito europeo.
¿Qué deberíamos hacer en un momento tan difícil? La lucha contra los planes de austeridad y la negativa a pagar la deuda constituyen la rampa de lanzamiento de una contraofensiva. Entonces tenemos que asegurar que la resistencia sea fortalecida por los argumentos a favor de un proyecto alternativo y la elaboración de un programa que presente respuestas “prácticas” y una explicación general del contenido de clase de la crisis. [2]
La tarea específica de la izquierda radical internacionalista es vincular las luchas sociales que ocurren en cada país con la argumentación por una Europa diferente. ¿Qué hacen las clases gobernantes? Reconocen la realidad de las políticas que tienen que seguir porque defienden intereses que siguen basándose en gran parte en lo nacional y son contradictorios. Pero en cuanto tienen que imponer medidas de austeridad a sus propias clases trabajadoras presentan un sólido frente unido.
Hay cosas mejores que hacer que subrayar las diferencias muy reales que existen entre los países. Lo que está en juego es asumir un punto de vista internacionalista con respecto a la crisis en Europa. La única manera de oponerse realmente al ascenso de la extrema derecha es sugerir otros objetivos que los chivos expiatorios de costumbre y afirmar una verdadera solidaridad internacional con los pueblos que están sufriendo más debido a la crisis, exigiendo que las deudas sean compartidas por igual en toda Europa. Por lo tanto, tenemos que presentar, para Europa, un proyecto alternativo al de la burguesía europea que arrastra hacia atrás a todos los países desde el punto de vista social. ¿Cómo es posible que no se comprenda que nuestras movilizaciones, a las cuales la clase gobernante se enfrenta de manera coordinada en el ámbito europeo, tienen que basarse en nuestro propio proyecto coordinado? Aunque es verdad que las luchas que tienen lugar en un marco nacional serían fortalecidas por una perspectiva semejante en lugar de ser debilitadas u orientadas hacia callejones sin salida nacionalistas. Los estudiantes que se manifestaron en Londres gritando “todos juntos en esto, todos juntos en esto” son un símbolo de esa esperanza viva.
Por una estrategia europea
La tarea es tan difícil como el período abierto por la crisis. Sin embargo, la izquierda radical no debe bloquearse en la alternativa imposible e iniciar la arriesgada aventura de abandonar el euro y una idea utópica de armonización monetaria. Podríamos fácilmente trabajar hacia algunos objetivos intermedios que cuestionen las instituciones europeas. Por ejemplo:
Tenemos que abandonar la idea de que existen atajos “técnicos”, suponer que el conflicto es inevitable y estructurar un equilibrio favorable de fuerzas del que forme parte la dimensión europea. Un punto de apoyo es la capacidad de dañar intereses capitalistas. El país que comience podría reestructurar la deuda, nacionalizar el capital extranjero, etc. o amenazar con hacerlo. Los gobiernos “de izquierdas” de Papandreou en Grecia o Zapatero en España, ni siquiera sueñan con hacerlo.
El principal punto de apoyo proviene de la adopción cooperativa de las medidas. Es totalmente diferente del proteccionismo clásico, que básicamente siempre trata de ganar terreno mordisqueando partes del mercado global. Toda medida progresista, por otra parte, es efectiva en la medida en que es compartida por una serie de países. Por ello deberíamos hablar de una estrategia basada en la siguiente idea: estamos dispuestos a gravar el capital y daremos los pasos necesarios para protegernos. Pero también esperamos que esas medidas, que proponemos se implementen en toda Europa.
Podemos resumir diciendo que en lugar de verlas en oposición debemos pensar intensamente en el vínculo entre la ruptura del proyecto neoliberal europeo y nuestro proyecto de crear una nueva Europa.
Notas
(1) Michael Hudson, “U.S. ‘Quantitative Easing’ Is Fracturing the Global Economy.”
(2) Bloco de Esquerda (Left Bloc) Portugal: “On the crisis and how to overcome it,” 23 de mayo de 2010.
Michael Hudson es profesor distinguido de investigación de economía en la Universidad de Missouri, Kansas City y autor de Super-Imperialism: The Economic Strategy of American Empire (1968 & 2003) y Trade, Development and Foreign Debt (1992 & 2009). Este artículo apareció en el sitio en la Red de Socialist Resistance.org.
Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=22708