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Zapatero, el cero a la izquierda.

LUNES 11 DE ABRIL DE 2011

Zapatero, el cero a la izquierda.

Zapatero, te vas o te echan. Poco importa.
A pesar de los absurdos debates inflados por los medios de intoxicación, nada cambiará, porque si algo ha quedado claro en este último año, es la sumisión del poder político al ecónomico.
El poder no está en la Moncloa, ni en el parlamento, nuestra vida es manipulada impunemente desde Wall Street, la City, los consejos de administración de los grandes bancos, desde Dubai o Pekín.
Zapatero, Rajoy, o Rubalcaba no dejan de ser los chicos de los recados de los poderosos.  Pueden quedarse con parte del cambio pero sin pasarse.
Es una situación neocolonial,  ya en el siglo XIX las grandes potencias preferían poner a hombres de paja al frente de los «protectorados».
Era más cómodo contar con la colaboración de un sultán o un emir como intermediario entre la población semiesclava y el poder metropolitano.
El intermediario tenía que ser fuerte con los débiles y débil con los fuertes.  Su presencia aseguraba que el desgaste del ejercicio del poder nunca afectara a quien lo ostentaba sino al testaferro.
Pues sí, eso eres Zapatero tú y quien te sustituya, un reyezuelo de monarquía bananera, un emir complaciente y complacido, un cero a la izquierda, nunca mejor dicho.

Sin embargo, a pesar de poseer sólo un poder simbólico, no me voy a reprimir en hacer un repaso a tus siete años de virreinato. Llegaste al poder gracias a la pésima gestión del peor ataque terrorista en Europa, y el último arranque de coraje de la sociedad civil española.  Lo de que «los españoles se merecen un gobierno que no les mienta» suena hoy a sarcasmo del malo.

Pasaron cuatro años de vino y rosas, de jugar en la champions league de la economía, de alcanzar en renta per cápita a los países que ahora nos ajuntan o nos quitan el bocadillo en el recreo según les obedezcamos.  Hoy parece la prehistoria pero fue hace apenas 5 años.
No moviste ni un pelo  la estructura de poder que dejó el reyezuelo anterior, aceptaste el España va bien y así los precios de la vivienda siguieron creciendo al 15% anual.
Gran negocio, para unos pocos, y muy ético, y muy socialista según el cual se ganaba más dinero especulando en el ladrillo que levantándose a trabajar por la mañana.
Esos pocos, que tanto defraudaban a Hacienda  mientras tú y tus amigos,  los MAFO, Solbes y Salgado silbabais, agradecieron que se lo pusieras más fácil cuando aboliste el impuesto sobre el patrimonio al tiempo que instaurabas la esclavitud a la banca.
Entonces bajar los impuestos a los ricos era de izquierdas.  Ya entonces ejercías a tiempo parcial de guignol y a través de tí,  la casta de los Botín hacían prácticas de ventriloquía.

Llegaron las vacas flacas y las siete plagas y los poderosos te contrataron a tiempo completo.

Arrodillado ante la que se arrodilla frente al Deutche Bank, de rodillas ante Botín y el Ibex 35, de rodillas ante The Economist, de rodillas ante la FAES, tú Zapatero, copiabas diligentemente al dictado todas las ideas que, para salir de la crisis te soplaban los que la habían creado.
Llegó la reducción generalizada de los salarios, sobre todo de los empleados públicos, la reducción generalizada de las pensiones, la ayuda a los planes de pensiones privados, el abaratamiento y subvención pública del despido, la venta a granel de las cajas de ahorro.
Las «reformas» se hacían y se siguen haciendo «costaran lo que costaran» a los que hace unos años te gritaban esperanzados «no nos falles.»

El contrato que te hicieron los poderosos resultó ser tan precario como los que tú fomentas, así que te han despedido al cabo de un año.

Sin embargo, Roma paga bien a los traidores, seguro que el futuro te tiene reservado un cargo en las empresas a las que acabas de regalar los aeropuertos más rentables de España.
Tanta gloria lleves como paz dejas, aunque con tu falta de inteligencia y valentía has dejado al país y a la izquierda hecha unos zorros.  Hoy los suyos te alaban. Ya veremos lo que pasa dentro de dos meses.
Seguro que el circo mediático nos regala un espectáculo tan entretenido como inútil a la espera del próximo virrey.  En cuanto a los esclavos, ni están ni se los espera, continúan aferrándose temerosamente a sus grilletes deseosos de acusar a Espartaco ante el  primer centurión que se crucen.
Publicado por Burgosdijital en 13:19

12 abril, 2011 - Posted by | EDITORIAL, LEER ENTRE LINEAS |

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