cibernoticias EXPRESS

La cara oculta de las noticias

La descoordinación entre los aliados siembra dudas sobre la operación en Libia

Los combatientes de Bengasi salen a reconquistar el terreno perdido

Los bombardeos que han golpeado a las tropas de Gadafi permiten a los insurgentes avanzar hacia Ajdabiya

MAYTE CARRASCO Enviada especial a Bengasi 21/03/2011 23:24 Actualizado: 21/03/2011 23:47

¡Zenga, zenga! A buscar enemigos calle por calle. Es el grito de guerra con el que los rebeldes partían a luchar desde Bengasi hacia Ajdabiya, a unos 150 km al sur del bastión de la insurgencia, mofándose de la frase que utilizara Gadafi para amedrentarles.

Amontonados en contados coches todoterreno, alzando al aire sus armas y con el grito de guerra ¡Allah u Akbar! (Alá es el más grande), se lanzaban a la lucha en grupos de 14 hombres que partían con cuentagotas, con más bravura que munición, enfrentándose al incumplimiento del segundo alto el fuego anunciado por el Ejército libio desde que comenzaron los ataques de la coalición internacional. (Así te lo hemos contado en directo)

«Había rumores de que Ajdabiya estaba liberada, pero cuando hemos intentado acceder hemos sido atacados con disparos de armas y artillería pesada de las tropas del régimen», explicaba Harem Hodairy, miembro de la Luna Roja libia que intentó entrar en la ciudad y se vio sorprendido por el ataque.

El frente de la batalla se situaba a diez kilómetros de Ajdabiya, donde cientos de rebeldes cargaban las pocas baterías antiaéreas de las que disponen, además de algunos cohetes Katiusha para los más afortunados, mientras que otros iban armados con simples palas para cavar o cuchillos. Los había incluso que hacían prácticas de tiro por primera vez en su vida, en un ambiente de júbilo, disparando ráfagas de fusil al aire y con ánimos renovados desde que entrara en escena la comunidad internacional.

«¡Merci Sarkozy!»

«¡Muchas gracias por la ayuda! ¡Merci Sarkozy!» gritaban al paso de los periodistas internacionales. «Queremos a Gadafi bajo tierra», decía un rebelde. «¡De aquí a Trípoli; que nos espere allí toda la familia del dictador!», añadían otros, sonrientes y envalentonados, exhibiendo un signo de la victoria omnipresente.

«De aquí a Trípoli. Que nos espere allí toda la familia del dictador»

Las fuerzas del dirigente libio se atrincheran no sólo en Ajdabiya, ciudad cuyo acceso por el norte aún controlaban, sino también en Misrata. Se trata en ambos casos de unidades del Ejército libio que han quedado atrapadas y que evitan moverse para impedir ser alcanzadas por los ataques aéreos de la operación militar Odyssey Dawn, a la que se incorporaron los primeros aviones españoles.

Conectarse con los que partían a Ajdabiya era tarea imposible, puesto que no funciona prácticamente ninguna línea telefónica en el este del país, salvo los móviles vía satélite. Por la mañana se registraban un muerto y cinco heridos en este punto, donde no se veía ni rastro de presencia de los aviones de la coalición. «Estamos esperando el apoyo aéreo, sin ellos no podemos avanzar», se quejaba el coronel desertor del Ejército libio, Abdelmen Osman, ahora del lado de los rebeldes.

Golpe al corazón del régimen

Poco informados, muchos insurgentes ignoran que Washington reiteró que la operación militar internacional en marcha no tiene como misión apoyar a las fuerzas de la oposición si se involucran en operaciones ofensivas, sino simplemente la protección de civiles.

Familias enteras se hacen fotos en el cementerio de tanques de Gadafi

Trípoli, sufrió el segundo día consecutivo de ataques aéreos de la coalición, que dio en el corazón del régimen derribando un edificio del Bab al Azizia, el complejo palaciego en el que reside Gadafi y orgullo del dictador, el lugar en el que solía recibir a sus visitas. En la cacofonía en la que se ha convertido la información sobre el conflicto y la opinión de unos y otros sobre las acciones militares sobre el terreno, los estadounidenses dejaron claro que «sería insensato» matar a Gadafi, que en estos momentos está en paradero desconocido.

En los últimos días, sólo se le ha oído la voz en dos declaraciones a través de la radio libia. Al caer la noche se reanudaron los bombardeos sobre la capital, donde se escucharon dos fuertes explosiones seguida de artillería antiaérea.

Mientras tanto, en el este, a 30 kilómetros de Bengasi, una multitud venía en masa a recorrer el cementerio de tanques de las tropas pro Gadafi que quedaron destrozados por el ataque de los cazas franceses. Familias enteras recorrían los vehículos, aún ardiendo y con restos humanos, haciéndose fotos y celebrando la victoria.

En Bengasi hay problemas con la seguridad y de abastecimiento

«¿Cómo puede decir que es él quien quiere proteger a la población? ¡Lo que quería era masacrarnos!», decía indignado un habitante de Bengasi desplazado a la zona para curiosear. La avalancha de gente era tal que a última hora de la tarde se formaron grandes atascos de acceso a la ciudad.

Antes de la retirada de las tropas pro-Gadafi, el enclave convertido en la bestia negra del dictador sufrió el sábado una cruenta incursión en pleno centro de la ciudad, donde viven unos 600.000 habitantes, matando a un centenar de personas, según afirmaron a Público fuentes de Consejo Nacional Libio.

Barricadas y tiros en Bengasi

La situación de seguridad sigue siendo muy delicada dentro de la ciudad, donde todavía deambulan grupos aislados de esbirros que quedaron varados tras el ataque del sábado y que siguen activos.

En algunos casos se trata de francotiradores que disparan desde las azoteas contra los pocos civiles que se atreven a salir a las calle, según algunos testigos. La ciudad enteraestá repleta de barricadas de lo más variopinto.

Desde lavadoras, sillas, contenedores o hasta un barco, todo vale a los rebeldes para intentar frenar los vehículos sospechosos y detectar a los enemigos.

Los responsables de la ciudad, en la que empieza a escasear la comida, aseguraron haber detenido a 150 combatientes pro-Gadafi que habrían sido trasladados a una prisión, sin precisar cuál, según explicó Mohamed Omar Fannush, coordinador de los medios del Consejo Nacional Libio y miembro del Consejo local de Bengasi, en una rueda de prensa celebrada en uno de los hoteles donde se alojan los periodistas. Anoche todavía podían oírse disparos aislados en las calles de Bengasi y muy cerca de ese edificio.

El conflicto impulsa el precio del crudo

El temor a un largo conflicto en Libia y la inestabilidad en Oriente Próximo llegaron a impulsar la cotización del crudo Brent, de referencia para Europa, un 2%, hasta superar los 116 dólares.

Finalmente, el barril se encareció cerca de un 1%, hasta el entorno de los 115 dólares. Los precios actuales son los más altos en los últimos dos años y medio, aunque la apreciación del euro frente al dólar en las últimas jornadas amortiguará su efecto. Según ‘The Financial Times’, la producción de crudo libio es ya prácticamente nula.

Antes del conflicto, Libia (tercer productor de África) vendía al exterior un 80% del petróleo que extraía, principalmente, a Europa, con Italia (28% de las exportaciones), Francia (15%), China (11%), Alemania (10%) y España (10%) como principales destinatarios.

En el caso de España, es el tercer proveedor de crudo (cubre el 13% del consumo). Sin embargo, se descartan problemas de suministro: otros miembros de la OPEP, entre ellos, Arabia Saudí (el más importante), están compensando el cese de la producción libia.

La descoordinación entre los aliados siembra dudas sobre la operación en Libia

Obama asegura que EE UU quiere transferir a la OTAN el mando de la fuerza internacional.- Francia, Italia y Noruega muestran su preocupación por la falta de integración

AGENCIAS – Londres / Washington / Moscú – 21/03/2011

La descoordinación de la coalición internacional ha empezado a sembrar las primeras dudas en torno a la operación militar en Libia. A las diferencias mostradas esta mañana entre Reino Unido y Estados Unidos sobre el futuro de Muamar el Gadafi en caso del avance occidental, Francia, Italia y Noruega han mostrado su preocupación ante una operación con diferentes velocidades entre sus integrantes. Ante esta situación, el presidente de EE UU, Barack Obama, ha dicho desde Santiago de Chile -dentro de su gira por América Latina- que espera «transferir» el mando de la operación al resto de países en unos cuantos días.

Las autoridades francesas han admitido hoy que la cooperación en el seno de la coalición que aplica la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Libia aún no está «integrada». El portavoz adjunto del Ministerio de Defensa francés, el general de brigada Philippe Pontiès, ha declarado que la coordinación de las operaciones es un asunto «extraordinariamente complejo» pero que sí existe ya «a nivel de ministerios de Defensa» de los países que intervienen.

«Por el momento las operaciones se desarrollan conforme a la resolución» de la ONU y es «evidente que el mando integrado facilitaría los intercambios; hoy de momento esta coordinación que hay funciona, aunque la integración haría los intercambios más fluidos», ha añadido el portavoz. «Estamos en una operación querida por las Naciones Unidas, aplicada por una coalición ‘ad hoc’ a la que la OTAN podría eventualmente dar su apoyo», ha agregado. «Su rol sería en un perímetro de apoyo», ha indicado el portavoz.

Por su parte, el Gobierno italiano ha pedido a la comunidad internacional que la OTAN se haga cargo de la coordinación de las operaciones en su ex colonia. De hecho, Roma ha amenazado con impedir el uso de sus bases si la OTAN no coordina la operación militar.

El primer ministro británico, David Cameron, se ha manifestado en una línea más tibia pero ha confirmado que se pretende transferir a la OTAN el mando de la fuerza internacional que actúa en Libia: «Se está actuando bajo el mando de EE UU, pero la intención es que se transfiera a la OTAN».

Noruega, que ha enviado seis cazabombarderos F-16 al Mediterráneo para integrarse en la operación de la coalición intencional, ha dicho no entrará en acción hasta que no se aclare específicamente su misión. La ministra de Defensa noruega, Grete Faremo, ha afirmado que los aviones de su Ejército no participarán activamente en las acciones militares en marcha desde el sábado «hasta que la cuestión sobre su mandato no se haya aclarado», según ha informado la agencia estatal noruega NTB.

El Consejo de Seguridad de la ONU, reunido este lunes por la tarde (hora española), ha acordado reunirse de nuevo el jueves para analizar la situación en Libia una semana después de su autorización a establecer una zona de exclusión aérea y el uso de «todas las medidas necesarias» para proteger a la población civil. Fuentes diplomáticas han anunciado que tanto el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, como algunos de los países que intervienen en la operación informarán en ese encuentro de la evolución de la situación en el país.

La sesión fue convocada por China, que ocupa su presidencia de turno, después de recibir este fin de semana una carta del ministro de Exteriores libio, Musa Kusa, en la que pedía una reunión de urgencia del organismo para detener los bombardeos internacionales contra el régimen de Gadafi. Una petición que ha sido desestimada por los miembros del máximo órgano de seguridad de Naciones Unidas.

Diferentes punto de vista

El destino de Gadafi es uno de los grandes interrogantes de la operación Amanecer de la Odisea, lanzada el sábado en Libia para impedir que el dictador libio aplaste a sangre y fuego una revuelta contra sus 40 años de dictadura. La resolución 1973, que autoriza la operación aliada, no contempla derrocar a Gadafi, ni mucho menos matarlo. No obstante, las declaraciones a primera hora de hoy de altos cargos de los Gobiernos de EE UU y Reino Unido, los dos máximos impulsores de la intervención junto con Francia, han dejado traslucir cierta distancia.

El ministro británico de Defensa, Liam Fox, ha declarado hoy a la BBC que Gadafi podría ser un objetivo legítimo. «Hay una diferencia entre el hecho de que alguien sea un blanco legítimo y la decisión de pasar al ataque porque para esto último habría que tener en cuenta qué puede ocurrirles a los civiles que haya en la zona», ha dicho Fox. Su compañero de Exteriores, William Hague, ha preferido «no especular» sobre los objetivos, aunque ha dicho que «todo depende de cómo se comporte la gente», en referencia a Gadafi.

Es justamente lo contrario que piensa Estados Unidos. El jefe del Pentágono, Robert Gates, considera que sería «insensato» matar al dictador. De camino a Rusia, Gates consideró «insensato» situar la muerte de Gadafi como objetivo de la operación Amanecer de la Odisea. «Si comenzamos a añadir objetivos adicionales creo que crearemos un problema», señaló el responsable del Pentágono, refiriéndose tácitamente a que intentar descabalgar a Gadafi podría crear fisuras dentro de la coalición aliada. Es decir, por el momento, EE UU se quiere limitar a inutilizar la defensa aérea Libia para establecer la zona de exclusión aérea y e impedir los ataques de las fuerzas leales a Gadafi sobre la población civil. Una vez conseguido ese objetivo, EE UU cederá el papel principal de la operación a los aliados y permanecerá en segundo plano.

Dada la complejidad y la importancia del asunto, los ayudantes de Fox se apresuraron a quitar hierro a las declaraciones del ministro británico explicando que quiso decir que Gadafi podría ser eliminado por equivocación si se hallase cerca de un objetivo militar. El primer ministro británico, David Cameron, en línea con EE UU, ha dicho repetidamente que «Gadafi tiene que marcharse», pero otros miembros del Gobierno de coalición británico aclararon el domingo que la salida del dictador libio no es el objetivo último de la operación contra su régimen.

En este sentido, el general Carter Ham, jefe del Mando Unificado Africano de EE UU con sede en Sttutgart, Alemania, ha arrojado luz sobre el asunto al señalar que el objetivo de la misión «no es destruir» a Gadafi sino evitar ataques contra la población civil en Libia. De igual manera se ha manifestado la ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez, quien considera Gadafi no es un «objetivo» de los ataques de la coalición internacional, según establece la resolución de la ONU.

Irlanda, en cambio, ha hablado de posición neutral, certificando la distancia con respecto a la caída de Gadafi. La presidenta irlandesa, Mary McAleese, ha dicho hoy que la neutralidad militar de Irlanda impedirá participar directamente en las operaciones militares que se están llevando a cabo en Libia. De visita oficial en España, McAleese ha calificado de alentador que Naciones Unidas y la UE hayan reaccionado a la crisis libia y ha comentado que una zona de exclusión aérea se crea para proteger la vida de los habitantes, por lo que ha insistido en el «total apoyo a la comunidad internacional» en su intento de proteger los derechos del pueblo libio, «tan herido y tan afectado».

Polémica en Rusia

En relación a Libia, la polémica ha saltado en Rusia. El primer ministro ruso, Vladímir Putin, ha criticado duramente la resolución 1.973 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Libia, que comparó el documento con un «llamamiento medieval a una cruzada». El primer ministro ruso ha agregado que la resolución adoptada por el Consejo de Seguridad -en cuya votación Rusia, que cuenta con derecho a veto, se abstuvo- es «deficiente y dañina».

Estas palabras de Putin han recibido una respuesta por el presidente ruso, Dmitri Medvédev, quien ha asegurado que es «inadmisible» utilizar expresiones como «cruzadas» en declaraciones sobre la situación en Libia, en una crítica abierta a Putin. «Por ningún motivo se pueden usar expresiones que de hecho llevan al choque entre civilizaciones, como ‘cruzadas’, etcétera. Es inadmisible», dijo el jefe del Kremlin, citado por la agencia Interfax, a un grupo de periodistas en su residencia campestre de las afueras de Moscú.

Rechazo chino

China fue uno de los cinco países -junto con Rusia, India, Brasil y Alemania- que el pasado jueves se abstuvo en la votación para aprobar una resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a favor del establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Libia. Hoy, Pekín ha reiterado su rechazo a la intervención militar de la coalición al considerar que atenta contra la Carta de Naciones Unidas.

Así se recoge en un artículo publicado este lunes en el Diario del Pueblo, órgano del Partido Comunista que gobierna el país asiático. El texto compara la operación Odisea del Amanecer, integrada por las fuerzas de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia, con la guerra de Irak (2003-2010) y la misión en Afganistán, que comenzó en 2001, al apuntar que el denominador común de estas intervenciones es la injerencia de Occidente en los asuntos internos de otros estados.

Las tropas de Gadafi se parapetan en las ciudades para evitar los ataques aéreos

La coalición internacional ataca por tercera noche consecutiva la capital libia y otros objetivos militares.- Los rebeldes fallan en su intento de recuperar Ajdabiya mientras las tropas del dictador entran en Misrata protegidas con escudos humanos y abren fuego sobre la población.- EE UU asegura que la operación tiene como objetivo proteger vidas civiles y no dar soporte militar a las fuerzas de oposición

A. DE CÓZAR / AGENCIAS | Trípoli / Bengasi  21/03/2011

Con el control del aire en sus manos, la coalición internacional intenta inutilizar las fuerzas terrestres del dictador libio Muamar el Gadafi, que tras retirarse de los frentes de batalla se han parapetado en las ciudades que controlan para evitar los bombardeos.

La entrada de tanques y tropas de Gadafi en Misrata ha provocado importantes enfrentamientos en la ciudad, la única del este donde el movimiento rebelde resiste. Con todo, la coalición internacional está atacando por tercera noche consecutiva objetivos militares en Libia y otros puntos del norte del país. Mientras tanto, entre congratulaciones por el éxito de la operación Amanecer de la Odisea, han surgido discrepancias sobre la misma entre los aliados.

Reino Unido aseguraba, tras destruir ayer un edificio del complejo donde reside Gadafi, que el propio dictador podría ser objetivo de la operación, algo que han rectificado inmediatamente Francia y EE UU.

Horas después, Washington ha recordado que la misión, a la que se han incorporado hoy los primeros aviones españoles, tiene como objetivo la protección de vidas civiles y no el apoyo militar a las fuerzas rebeldes.

Las discrepancias también se extienden al papel que debe desempeñar la OTAN, ya que, según ha dicho el presidente estadounidense, Barack Obama, su país quiere transferir el control de la misión. Ese control, según ha dicho el Ministerio de Defensa francés, se basa en coordinar los ataques, ya que no existe un mando integrado.

  • Cronología de la operación Amanecer de la Odisea para el establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Libia. – EL PAIS

Primeras imágenes del ataque ‘aliado’ contra Gadafi

VIDEO – AGENCIA ATLAS – 20-03-2011

La operación Odisea del Amanecer ya ha comenzado. Así es como han sido bautizados los ataques de los aliados contra el régimen de Gadafi.

Barcos de guerra y submarinos de EEUU y Gran Bretaña han lanzado más de 110 misiles Tomahawk contra los sistemas antimisiles libios y en principio más de 20 objetivos habrían sido alcanzados.

La cadena Al Yazira asegura que aviones de Gadafi están bombardeando de nuevo Bengasi, que ya fue atacada durante el sábado.

El régimen lo niega y asegura que son los rebeldes quienes lanzan obuses contra poblaciones civiles para incitar a la comunidad internacional a lanzarse contra el dictador. – AGENCIA ATLAS

Los opositores consideran el anuncio un síntoma de debilidad

La presencia policial se ha reforzado en la capital, que ayer estaba vacía

Pese a los obstáculos logísticos, la operación avanza y los principales países implicados (EE UU, Francia y Reino Unido) aseguran que con éxito. La capital, Trípoli, está viviendo su tercera noche de bombardeos, que han comenzado poco después de las nueve de la noche (las 20.00, hora peninsular española).

Se han oído explosiones, que según France Presse se han registrado cerca del palacio presidencial y en una base de la Marina libia a 10 kilómetros de la ciudad, seguidos de los disparos de las baterías antiaéreas.

La oposición estatal ha constatado los ataques «del enemigo» y, como en días anteriores, ha continuado con la campaña propagandística, asegurando que los ataques han matado a un gran número de civiles, especialmente en Sirte (ciudad natal de Gadafi) donde las bombas han tenido como objetivo el puerto y el aeropuerto.

En tierra, la realidad es que los bombardeos de los últimos días han insuflado ánimos a los anti-Gadafi y han forzado un repliegue de las tropas bajo control de Trípoli. Ya el sábado, los primeros ataques aéreos franceses obligaron a las fuerzas del dictador a detener los bombardeos sobre Bengasi, el bastión de los rebeldes en el este, y retirarse hasta Ajdabiya, unos 150 kilómetros al sur, siguiendo el golfo de Sirte.

En los alrededores de esa ciudad se han registrado hoy intensos combates, ya que los rebeldes han avanzado para intentar recuperar terreno.

Varios centenares de milicianos rebeldes, armados con cohetes Katiusha y baterías antiaéreas montadas sobre camiones, se han concentrado por esta mañana a escasos kilómetros de la localidad, según informa France Presse.

Sin embargo, la artillería de Gadafi les ha cortado el avance y ha impedido hacerse con el control de Adjabiya a los rebeldes, que han anunciado que estaban retrocediendo.

En el oeste, los choques más duros se han producido en Misrata.

Pese a que los rebeldes controlan en gran parte esa ciudad, la tercera del país, las tropas de Gadafi decidieron desde ayer por la tarde refugiar allí a sus tanques y emplear a civiles como escudos humanos para evitar que sean destruidos por la coalición internacional.

La entrada de blindados ha provocado que muchas personas salieran a la calle para hacer frente a los militares de soldados, quienes han disparado contra la multitud según testigos citados por Reuters y France Presse.

Según ha contado un portavoz de los rebeldes a la cadena británica BBC, las fuerzas leales a Gadafi han matado este lunes a más de 40 personas y han herido al menos a otras 200 en Misrata. «La situación es una catástrofe.

Cuando las fuerzas de Gadafi detuvieron las acciones militares, la agente salió a las calles a manifestarse y los militares empezaron a dispararles con armas pesadas», ha relatado Salah, un portavoz del movimiento 17 de Febrero.

El portavoz de los rebeldes ha asegurado que las fuerzas gubernamentales han llegado a disparar contra tres ambulancias, matando a dos conductores.

Varios residentes, cuyos testimonios no han podido ser verificados independientemente ante las restricciones a la movilidad de los periodistas en Libia, habían informado a Reuters con anterioridad de que las fuerzas gubernamentales habían matado al menos a nueve personas en Misrata en esa ciudad.

Un portavoz de los rebeldes en la ciudad ha asegurado a Reuters que Gadafi está obligando a ciudadanos de otras localidades próximas a abandonar sus casas y dirigirse hasta el centro de Misrata con banderas verdes y retratos del dictador.

«Los están trayendo a Misrata y así [los militares de Gadafi] pueden entrar en la ciudad y controlarla usando a los civiles como escudos humanos. Saben que nosotros no vamos a disparar a mujeres, niños y ancianos», ha asegurado el portavoz rebelde en una conversación telefónica. El régimen ha asegurado en un comunicado que Misrata había sido liberada.

Las fuerzas leales a Gadafi también han bombardeado la ciudad de Zintan, 140 kilómetros al suroeste de Trípoli, destruyendo varias casas y el minarete de una mezquita, según han informado dos testigos a Reuters, que han asegurado que los residentes de esta localidad se han visto obligados a refugiarse en varias cuevas de las montañas próximas a la localidad. «Se han enviado nuevas fuerzas a asediar la ciudad.

Ahora hay al menos 40 tanques en las faldas de las montañas cercanas», ha añadido. El periodista suizo Gaetan Vannay ha indicado por teléfono que el bombardeo de este lunes ha sido el más intenso de los últimos tres días. «Hoy esta muy dura batalla ha empezado en el frente oriental. Las mujeres y los niños se han escondido en las cuevas en los bosques», ha relatado.

Destruido un edificio de la residencia presidencial

Los bombardeos ya son habituales en Trípoli cuando llega la noche. Ayer, a los primeros estruendos siguieron ráfagas de disparos seguidos de unas luces rojas que surcaban el cielo. Esta vez no había escudos humanos. Nadie los esperaba.

Los jóvenes que se habían colocado frente a algunos objetivos militares en la noche del sábado para protegerlos salieron corriendo en cuanto se supo que algunas bases de Trípoli estaban siendo atacadas.

Poco después, una columna de humo comenzó a salir de Bab al Azizia, el complejo palaciego en el que reside Gadafi a las afueras de la capital. Inmediatamente el régimen cogió a un puñado de periodistas y lo llevó a ver los destrozos.

Un edificio administrativo de cuatro plantas, a 50 metros de la jaima en la que el coronel recibe a sus invitados, había quedado reducido a polvo, aparentemente por un misil crucero.

El golpe no solo tiene un fuerte valor emotivo (el complejo de Bab al Azizia es uno de los símbolos del régimen desde que Reagan lo bombardeó en 1986), sino que conjuga mal con lo que había asegurado poco antes un responsable del Pentágono, el vicealmirante William Gortney, que insistió en que el objetivo de la coalición no es en ningún caso abatir al dictador.

En unas conversaciones con la prensa a bordo del avión que le lleva a Rusia para una gira de tres días, Robert Gates, el secretario del Departamento de Defensa de EE UU, abundó en la idea de que «sería insensato» matar a Gadafi, igual que sería insensato hacer cualquier cosa que se saliera del plan inicial de crear una zona de exclusión aérea. «Si comenzamos a añadir objetivos adicionales creo que crearemos un problema», afirmó, refiriéndose tácitamente a que intentar descabalgar a Gadafi podría crear fisuras dentro de la coalición aliada.

La insistencia de Gates sobre este punto tiene una explicación: horas antes el ministro de Exteriores británico, Liam Fox, había dejado caer que Gadafi podría llegar a ser un blanco de los proyectiles de los aliados dependiendo de cómo se desarrollaran los acontecimientos. EE UU niega con rotundidad ese propósito, lo que no quita que Reino Unido terminara reconociendo avanzada la madrugada que fue uno de sus submarinos el que atacó la residencia presidencial porque era un «centro de control» desde el que el coronel dirigía los movimientos de sus tropas.

Misión española

A la operación Amanecer de la Odisea se han incorporado hoy los primeros dos cazas F-18 españoles, de los cuatro desplazados ayer a la isla de Cerdeña. Los dos aparatos tienen como misión garantizar que ninguna aeronave hostil invada el espacio aéreo libio.

Para ello, han sido armados con misiles aire-aire, ya que tienen autorización para abrir fuego si se topan con dificultades en sus misiones de patrulla aérea.

La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha confirmado el inicio de la colaboración española en la misión y ha señalado que un submarino y una fragata han puesto rumbo a la zona de conflicto para unirse al contingente español.

Los ataques aliados lanzados el sábado sobre Libia han logrado su primer objetivo: imponer una zona de exclusión aérea en apenas 24 horas.

Según el vicealmirante William Gortney, del Pentágono, la operación del primer día fue «muy efectiva» y ha disminuido «significativamente» la capacidad aérea y de los radares del régimen de Gadafi. Es solo la primera fase de una operación que se adivina más compleja de lo que los éxitos iniciales puedan dar a entender. Primero, porque no está claro ni cuánto puede durar ni qué ha de ocurrir para que acabe.

Y, segundo, porque la unidad política ha empezado a resquebrajarse después de que la Liga Árabe, que apoya la resolución de Naciones Unidas en la que se ampara la intervención militar, se quejara ayer de que los bombardeos exceden el mandato de los aliados.

Tanto Washington como Londres desmintieron inmediatamente las bajas civiles. Otro de los problemas que afrontan los aliados es el encaje de la OTAN en la misión. Tanto el primer ministro británico, David Cameron, como el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, han insistido hoy en que la Alianza Atlántica definirá su papel en la misión en los próximos días.

Pero de nuevo han surgido matices en las declaraciones.

Mientras Juppé ha recordado desde Bruselas, donde se ha celebrado una nueva reunión de la OTAN sobre Libia, que la Liga Árabe no es partidaria de un transferencia total del control de la operación a la Alianza; Cameron ha dicho que la intención es que el mando de la misión que implementa una zona de exclusión aérea sea transferido a la Alianza. «Claramente la misión se beneficiaría con ello y con el uso de la probada y contrastada maquinaría de mando y control de la OTAN», ha asegurado el primer ministro británico.

Parece claro, en cualquier caso, que EE UU está deseando ceder la dirección de las operaciones. Tras una manifestación similar del Pentágono, el presidente de EE UU, Barack Obama, ha asegurado durante un viaje a Chile que su país cederá el mando tan pronto como las defensas antiaéreas de Gadafi estén inutilizadas.

Obama urge a una OTAN dividida a tomar el mando de la operación

Las reservas de Alemania, Turquía y Francia impiden a la Alianza asumir el control militar

DANIEL BASTEIRO Bruselas 21/03/2011 23:16 Actualizado: 21/03/2011 23:25

En la carretera entre Bengasi y Ajdabiya hay decenas de vehículos de las fuerzas leales a Gadafi destrozados por los bombardeos. - REUTERS

En la carretera entre Bengasi y Ajdabiya hay decenas de vehículos de las fuerzas leales a Gadafi destrozados por los bombardeos. – REUTERS

La intervención militar en Libia comenzó por su urgencia como una «coalición de voluntades», pero ni la OTAN ni la Unión Europea consiguieron ofrecer un mando estructurado a una operación que podría durar semanas.

La UE confirmó su fuera de juego con una reunión de ministros de Exteriores, que decidió concentrarse en sanciones financieras al régimen de Gadafi y ayuda humanitaria a la población civil. (Así te lo hemos narrado en directo)

La OTAN, vista por varios miembros de la coalición como el paraguas natural para la operación, concluyó otra reunión sin acuerdo para dirigir el bloqueo aéreo.

En ambas decisiones han tenido una influencia determinante las reticencias de Alemania, Turquía y un grupo de países árabes,que consideran que los inconvenientes de la Alianza Atlántica no compensan la capacidad organizativa que ha brindado su secretario general, Anders Fogh Rasmussen.

Por el momento, EEUU está comandando una operación en la que, a diferencia de las intervenciones en Afganistán o Irak, no tiene intención alguna de acaparar protagonismo.

Su comando para África (Africom), reparte el juego y ha sido muy activo en la destrucción de objetivos estratégicos, pero dará paso a una «transición que tendrá lugar en cuestión de días, no de semanas» para ceder el mando, según anunció Barack Obama.

Italia advierte de los riesgos que supone la «multiplicación de mandos»

El presidente de EEUU ensalzó «la extraordinaria capacidad» de la Alianza, que tomará el testigo tras la intensa fase inicial. El general Carter Ham, al mando de las fuerzas de EEUU en la zona, anunció también el «descenso en la frecuencia de los ataques». El general reconoció que EEUU puede «desplegar una capacidad de combate aplastante», pero que no tiene previsto hacerlo durante mucho tiempo.

El ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, no descartó que la OTAN pueda prestar apoyo «en unos días» a la operación.

Sin embargo, fue Francia quien aceleró el lanzamiento del primer ataque sin contar con ella y en las últimas semanas se ha mostrado reticente a una gran implicación de la Alianza. Mientras Juppé se mostraba conciliador en Bruselas, el ministerio de Defensa describía en París la coordinación como «extremadamente compleja», al tiempo que reivindicaba por medio de un portavoz el éxito de la actual configuración.

Por su parte, el jefe de la diplomacia italiana, Franco Frattini, llegó a amenazar a sus socios si no se organiza el liderazgo y alertó contra la «multiplicación de mandos». Llegar a ese extremo sería «un error en sí mismo», según él, por lo que Italia buscaría «fórmulas» para retomar el control de las bases cedidas por Roma.

Los embajadores de la OTAN se volverán a reunir el martes para tratar de cerrar un acuerdo que levanta recelo en varios países árabes, dispuestos a participar en la coalición actual pero no a asociar su imagen a la de la Alianza que pierde la guerra en Afganistán.

EEUU anuncia un «descenso en la frecuencia de los ataques»

Además de las dudas sobre el mando de la misión, los aliados volvieron a interrogarse sobre el alcance de la resolución de la ONU, que permite tomar «todas las medidas necesarias» para proteger a la población civil. ¿Esto incluye matar a Gadafi?

En el Reino Unido, la respuesta depende de qué ministro británico reciba la pregunta. El primer ministro, David Cameron, prefiere no pronunciarse en público, informa Íñigo Sáenz de Ugarte. En cambio, el jefe del Ejército es tajante. «Desde luego que no.

La resolución de la ONU no lo permite», aseguró David Richards. Su opinión contrasta con la del ministro de Defensa, Liam Fox, para quien acabar con Gadafi es «potencialmente una posibilidad».

Misión humanitaria

Francia lo rechaza, recordando que los ataques no persiguen directamente un cambio de régimen, sino proteger a la población civil al tiempo que desmoralizan a las fuerzas de seguridad de Gadafi hasta que vean la caída del líder como un mal menor. El Consejo de Seguridad se reúne el próximo jueves a petición de Libia.

Por su parte, los ministros de Exteriores de la UE ampliaron sus sanciones financieras a nueve responsables del régimen más y anunciaron la posibilidad de preparar una misión militar para facilitar asistencia humanitaria a la población.

Los líderes de la rebelión se ocultan en la clandestinidad

Nadie exige responsabilidades, a pesar del desgobierno

J. M. M. – Bengasi – 21/03/2011

A las puertas del edificio de los juzgados de Bengasi, el lugar donde era tan sencillo charlar con los portavoces del Consejo Nacional libio, ya no se congregan ciudadanos que pugnan por entrar para consultar lo que nunca pudieron consultar, o para resolver pequeños trámites. Ahora, en Bengasi, paraíso del desconcierto, no tienen a quién acudir. De los 31 miembros del Gobierno transitorio de los sublevados, procedentes de todas las regiones del país, solo unas pocas caras eran conocidas, porque anunciar sus identidades acarrearía, con certeza, represalias del régimen contra sus familias.

  • El Consejo Nacional abastece de alimentos y poco más

Los alzados desmantelan la oficina de atención a los ciudadanos

Pero alguien había siempre dispuesto a atender peticiones de los ciudadanos o al millar de periodistas acreditados. Se han esfumado los flamantes funcionarios. Son piezas codiciadas por los lacayos del régimen de Muamar el Gadafi, y necesitan protegerse.

Intelectuales, abogados, jueces y hombres de negocios sin adscripción política forman parte de este Ejecutivo del que se desconoce su filiación. Al menos la de la gran mayoría de sus miembros.

El presidente, Mustafá Adbulyalil, y el vicepresidente, Abdelhafiz Ghoga, comparecen casi a diario. Y más bien parece que se debe a la imperiosa necesidad de que alguien tiene que estar presente. Pero Bengasi es, desde hace 48 horas, un desmadre, un amasijo de gente nerviosa.

Así las cosas, los portavoces Mustafá Gheriani, su hermano Issam, o la hiperactiva Iman Bugaigis -los tres incansables, políglotas y de maneras exquisitas- han desaparecido del mapa. Abdulyalil apenas abandona Al Baida, su ciudad natal en la que se siente bien protegido entre los suyos.

Sí se presenta casi a diario ante la prensa Ghoga. Pero extremando las medidas de seguridad, siempre custodiado por guardaespaldas. «Ya han disparado contra su vehículo», asegura un empleado del hotel donde ofreció una conferencia de prensa el sábado.

Fathi Terbul, el abogado que defendía a las víctimas de la masacre de Abu Salim -1.200 hombres, la mayoría originarios de Cirenaica, asesinados a balazos en esta prisión tripolitana-, está ilocalizable desde el primer día de la revuelta.

Un grupo de jóvenes desmantelaba ayer a toda prisa el centro de prensa donde los sublevados acreditaron al millar de reporteros que han viajado a Libia a través de la frontera con Egipto.

Nadie descarta todavía que las huestes de Gadafi atenten contra este local, adyacente a los juzgados, y antigua sede de cuerpos represores.

Y a la pregunta de dónde se instalarán definitivamente las oficinas del Consejo Nacional, la respuesta iba acompañada de una sonrisa: «Lo siento, pero eso no te lo puedo decir», comentaba Gheriani días atrás. A menudo no anticipaban dónde tendría lugar la cita con los periodistas hasta última hora.

Todo son escollos para el movimiento rebelde. El pésimo funcionamiento de la telefonía móvil -de las dos compañías que prestan este servicio en Libia, Al Madar no opera, y Libiana, a duras penas- entorpece las comunicaciones. Ya lo advertía el propio Gheriani un par de semanas atrás. Naturalmente, resulta imposible gestionar nada adecuadamente en semejantes circunstancias.

Pero esto era algo que no sorprende a los alzados en armas. «Hemos empezado a construir un país hace solo unas semanas. Sabemos que pagaremos un alto precio, pero tenemos una firme voluntad. A Gadafi se le acaba el tiempo, y también a quienes le apoyan», afirma confiado Gheriani.

Nadie se queja por el desgobierno, nadie exige responsabilidades a un consejo que se preocupa por el abastecimiento de alimentos, por rebajar el precio de la gasolina, y poco más. Prevalece una prioridad: el campo de batalla, el derrocamiento por la fuerza del sátrapa. «Antes tiene que caer Trípoli», concluye el portavoz.

Argumentos a favor y en contra

Solo IU, BNG y algunas plataformas de ciudadanos no respaldan la participación de España en los ataques contra Libia

EL PAÍS – Madrid – 21/03/2011

El Congreso de los Diputados decidirá este martes si apoya o no la intervención militar de España en Libia. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dispondrá de un tiempo ilimitado para exponer a la Cámara la posición del Ejecutivo a favor de los ataques contra Libia, respaldada por una resolución de la ONU, y también para contestar a los portavoces, que tendrán diez minutos cada uno para fijar sus posiciones.

La mayoría de los grupos políticos se ha manifestado a favor de la intervención porque la consideran necesaria para salvaguardar al pueblo libio. Solo IU y BNG, que suman cuatro diputados, presumiblemente dirán «no», por el temor a que Libia se convierta en un nuevo Irak o Afganistán.

Fuera del Congreso, los sindicatos se han manifestado a favor de la operación militar, al igual que numerosos intelectuales, que un día protestaron por la guerra de Irak y hoy consideran «un mal menor» esta intervención y quieren dejar claro que esta misión no es comparable a la de Irak porque cuenta con el apoyo de claro de la ONU.

Otras plataformas sociales, sin embargo, están en contra de la intervención porque la ven como otra guerra para conseguir petróleo, encabezada por potencias que tienen grandes intereses económicos en Libia.

Partidos políticos

El presidente del PP, Mariano Rajoy, tendrá una posición «receptiva» este martes en el Congreso. Tras ser informado de la situación por Zapatero, quiso dejar claro que siempre apoyaría a los aliados y dijo que «la obligación básica de la comunidad internacional y de cualquier demócrata responsable, sensato y con sentimientos es defender lo más importante que tenemos en el mundo, que son las personas, su vida y sus derechos individuales».

«Se trata fundamentalmente de evitar que una persona que se erige en juez de la vida de los demás pueda seguir bombardeando y atentando contra seres humanos y personas inocentes», opinó Rajoy, quien destacó la urgencia de intervenir para «evitar que haya atentados contra personas y una masacre contra ciudadanos inocentes».

Por el momento, España ha puesto a disposición de la OTAN sus bases de Rota y Morón, así como medios navales y aéreos para que se pueda poner en marcha el embargo de armas y la zona de exclusión aérea. Hoy, dos F-18 han realizado su primera misión, vigilar el mantenimiento de la zona de exclusión aérea.

Para el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, la resolución es «necesaria y equilibrada», aunque lamenta que no haya llegado antes. Al igual que Rajoy, el portavoz de CiU también expresó su apoyo «a todas las decisiones que el Gobierno español tendrá que emitir». A juicio del secretario general de Esquerra Republicana, Joan Ridao, se ha producido un «retraso exasperante» por parte del Gobierno y la Unión Europea, pero apoya totalmente la resolución, ya que considera que el apoyo al pueblo libio es legítimo. El presidente del PNV en Bizkaia, Andoni Ortuzar, cree que «algo había que hacer» en Libia desde la comunidad internacional porque la actuación de Gadafi «era insostenible».

Pero el apoyo a la resolución de la ONU no es compartido por todos los partidos. El diputado de IU en el Congreso, Gaspar Llamazares, ha resaltado que, aunque «respeta y acata» la resolución de la ONU, no la comparte ante el temor de «un nuevo protectorado en Libia, como ha ocurrido con Irak o Afganistán». Desconfía de la eficacia de la exclusión aérea y considera que la solución tiene que pasar «por el aislamiento de Gadafi y el embargo de armas», medidas que el diputado de IU considera más eficaces.

Por su parte, el Bloque Nacionalista Gallego (BNG) ha manifestado a través de su portavoz en el Congreso, Francisco Jorquera, que «no es de recibo» que Naciones Unidas decida intervenir en Libia al mismo tiempo que «se aplaude» que Arabia Saudí envíe tropas a Bahréin para «aplastar» a la oposición. «Creemos que las intervenciones militares lo único que hacen es engangrenar los problemas, como así demuestra la situación de Irak y Afganistán», ha afirmado Jorquera.

Sindicatos

Los sindicatos CC OO y UGT coinciden en que es necesaria la rapidez en las actuaciones. Sus líderes, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez ,apoyan la intervención internacional en Libia y respaldan a Naciones Unidas y al Gobierno de Zapatero por haber apoyado la moción.

Méndez cree que la rapidez es necesaria «porque la impresión que tenemos es que la masacre puede seguir». Toxo, por su parte, confía en que no se haya llegado tarde, «tan tarde como para que la masacre se haya consumado ya».

Artistas e intelectuales

 Representantes del mundo de la cultura coinciden en que la intervención internacional es «un mal menor». Ellos fueron quienes en su día gritaron contra la guerra de Irak y por eso hoy quieren dejar claro que ambos casos no son comparables: el conflicto libio está avalado por una resolución de la ONU, mientras que la guerra de Irak estuvo motivada por una decisión unilateral del Gobierno de George Bush a espaldas de Naciones Unidas. Pese a que en noviembre de 2002 la ONU aprobó la resolución 1441 mediante la cual se requería a Irak la realización de las inspecciones ordenadas referidas a la existencia de armas de destrucción masiva, esta resolución no contemplaba la invasión del país que se produjo posteriormente.

Para el cantante Miguel Ríos, no tienen nada que ver porque en Libia «hay gente que está sufriendo, y la conciencia de cualquier ser humano de cualquier ideología es parar esa masacre». En opinión de la escritora Almudena Grandes, en este caso la comunidad internacional se ha visto obligada «a elegir entre la masacre de civiles inocentes o el peligro de crear un conflicto armado». El actor Juan Diego cree que sí hay que intervenir en Libia porque es un «pueblo que se ha levantado contra un tirano». «Si en España y en Europa estamos disfrutando de la libertad, tenemos que ayudar a conseguir que esa libertad llegue al mayor número posible» de personas.

Organizaciones No Gubernamentales

 Tras conocerse la decisión de la ONU de intervenir militarmente en Libia, Amnistía Internacional instó a todas las partes a que la protección de la población civil sea la «máxima prioridad». El director general de Investigación y Programas Regionales, Claudio Cordone, celebró el «gran énfasis» en la protección de la población civil de Libia que se refleja en la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, pero reclamó «a todas las partes del conflicto, incluidas las fuerzas externas que actúen bajo la autoridad del Consejo de Seguridad, que pongan la protección de los civiles por encima de cualquier otra consideración».

Cruz Roja se ha manifestado en el mismo sentido. El Comité Internacional ha exigido a las partes en conflicto en Libia que pongan especial atención en la distinción entre combatientes y civiles, tal como establece el derecho internacional humanitario. «Los ataques directos contra la población civil están estrictamente prohibidos por el derecho internacional humanitario», ha afirmado el director general de la CICR, Yves Daccord, en un comunicado oficial. Recuerda también que la legislación en materia humanitaria «también prohíbe la utilización de escudos humanos». «Los ataques indiscriminados están por consiguiente estrictamente prohibidos», dijo.

Plataformas sociales

Aturem la Guerra es uno de los grupos sociales que está en contra de la intervención militar en Libia. Varios centenares de personas se manifestaron en Barcelona el fin de semana contra la misma, con el lema «Ni tiranías, ni ocupaciones, solidaridad con los pueblos en lucha».

Uno de los portavoces de la plataforma, Pere Ortega, dijo que están en contra del ataque aliado a Libia porque «las bombas que caen desde el cielo no distinguen a militares y a civiles», y no tienen claro que la intervención militar exterior resuelva el conflicto interno.

Considera que ha habido un «interés desmesurado» por parte de algunas potencias por intervenir en Libia y ha apostado por no intervenir militarmente, pero sí aislar totalmente a Gadafi y «sobre todo no comprar petróleo ni gas».

Por otro lado, un centenar de personas se manifestó este fin de semana en Granada para apoyar las revueltas populares árabes y en contra de la intervención militar de la OTAN en Libia, convocados por el Foro Social de Granada. Los manifestantes corearon lemas como «No más sangre por petróleo».

Redes sociales

A lo largo del fin de semana, el tema #noalaguerra ha estado entre los temas más comentados en Twitter. También proliferan en la red social Facebook los grupos en contra de la guerra que ahora focalizan sus críticas en los bombardeos sobre Libia.

21 marzo, 2011 - Posted by | Sin categoría

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