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El ‘mal menor’ y la vida en re-menor

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Artículos – Opinión
No a la guerraTal como podíamos imaginar la “guerra humanitaria” de los “aliados de occidente” destroza hospitales, escuelas, centros cívicos, academias y barrios enteros de las ciudades de Libia. 

Los muertos empiezan a contarse por miles.

Todavía no hay cifras exactas, que sólo interesan para comparar cuántas víctimas civiles hubo antes de los bombardeos de la “coalición” y cuántas hay y habrá después. Supongo- por experiencia histórica- que en estos seis días de bombardeos habrá muchas más que antes.

Pero ninguna cifra de víctimas civiles sirve para otro propósito que para lamentarlas y pedir el inmediato cese del fuego.

Nuevamente, los medios han conseguido que el tema de la guerra sea tratado como un asunto moral –el viejo y maniqueo juego de indios malos-vaqueros buenos- y no un asunto político que es como debería tratarse y un asunto que nos compromete como ciudadanos.
La guerra y la participación en ella tiene que ver con el estado, con los intereses del estado, con sus leyes y los intereses que con esas leyes se defienden o no se defienden.
Repetir que ni esto (la guerra) ni aquello (el malo-Gadaffi), es no decir nada, es no haber comprendido que esta guerra también es una guerra imperial, guerra de negocios, guerra de saqueo. Aquí nadie libera a nadie ni ayuda a nadie, aquí se están haciendo negocios y tomando posiciones para futuros negocios.

Llevo escuchando y discutiendo este tema con gente supuestamente solidaria, pero que en este momento, -quizá confundida- apoya a la Otan porque “Gadafi puede llegar a masacrar a su pueblo, porque es muy – muy malo”. Y yo, que puedo hacer si detrás de estas palabras oigo el tono de las monjas de clausura : callo y otorgo.
Hay muchos frentes abiertos en oriente y son guerras que se prolongan desde hace muchos años, y que sólo han sembrado miseria, muerte y destrucción para los pueblos que las soportan.

Hoy mismo están bombardeando otra vez Gaza.
No podemos confundirnos tanto. Los datos claman.
Pero con estas guerras los estados corruptos europeos han hecho grandes negocios, han llenado las arcas de los 200 millonarios que los tienen como empelados de diversos rangos: cargos de bancos, miembros de partidos políticos, parlamentarios, funcionarios, miembros de diversos organismos internacionales, intelectuales ya nobelizados o por nobelizar, etc. etc.
La corrupción es la base del sistema capitalista y sin ella, el sistema no sobreviviría. Por eso una verdadera democracia –que controle la distribución de la riqueza y el cumplimiento de los acuerdos ciudadanos- es impensable dentro del sistema capitalista.
La libertad es uno de los más preciados bienes, Sancho, decía Alonso Quijano, pero esa libertad requiere saber decir No a la masacre que este sistema de saqueo imperial impone a la mayor parte de la humanidad. Porque la paz es posible aunque no sea rentable para la empresa armamentística.
En nombre de la democracia y en nombre del “mal menor” vuelven a asesinar impunemente.
En nombre de las leyes masacran toda legalidad. Y una corte siniestra de voceros demócratas –muchos se llaman a sí mismos sindicalistas y/o intelectuales- recogen las migas del banquete, escriben páginas y declaran en actos públicos para convencernos de que es preferible vivir en re-menor que vivir con dignidad, lejos de las ordenes del imperio y sus 200 grandes fortunas, dueñas de la petroquímica, las armas y los bancos.
Sólo un cambio social profundo nos garantizará que no haya más derramamiento de sangre. Ni más desempleo, ni más expolio bancario, ni más hambre. No hay mal menor, ya no hay tiempo para el “re-menor”.
Otro mundo es posible, urgente y necesario. Lo decimos todos los días, lo dijimos cuando Irak y lo repetimos ahora: la guerra es un negociosiniestro del imperio.
Vivir en re-menor en estos tiempos significa ser cómplices del crimen y por supuesto contribuir al estado de desigualdad y concentración de la riqueza en las mismas pocas manos: eso que llaman crisis: 200 grandes millonarios que deciden lo que se vende, lo que se compra y lo que se bombardea en función del crecimiento de sus cuentas.
¿Han pensado que se repite el ataque de la “coalición” a un país que dentro del contexto de los países productores de petróleo era, como Irak, uno de los más desarrollados económicamente? ¿Por qué?
Hoy, en busca de algunas respuestas, releía algunas partes de aquel viejo libro “La servidumbre voluntaria”, de Etienne de la Boétie.
Y La Boétie tiene algo particular que permite dar vuelta a los conceptos al uso. No pregunta por el tirano, sino por los tiranizados que se identifican con él y lo sostienen aún a costa de su propia libertad.
Pregunta por las razones que hacen que los hombres deleguen su responsabilidad en manos de aquellos que los oprimen.
Pregunta por qué adoran o se identifican con alguien que no los representa sino que los condena. Y lo pregunta en el siglo XVI.
¿Es tanta la necesidad de protección –tanto el miedo inoculado-que hemos delegado en los señores de la guerra nuestro derecho a la paz con justicia e igualdad ?
La memoria histórica es necesaria, pero esa memoria histórica no es una memoria muerta -de monumentos y palabras huecas- sino una memoria histórica activa, capaz de comprometerse con la actualidad y tomar partido por la justicia y la transformación de la servidumbre en libertad. Ningún otro sentido tiene recordar a nuestros muertos en la guerra mientras apoyamos la muerte de tantos en esta nueva guerra.
No existe el mal menor, no existe la vida en re-menor.
Lo sabían aquellos que dieron su vida por el cambio social en España y lo saben aquellos que siguen luchando en tantas partes del este mundo.
Por el cese inmediato del fuego, no a la guerra.

26 marzo, 2011 - Posted by | libia | , ,

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